Educación Siglo XXI, habilidades y competencias del profesor


   



  Así como el mundo de la tecnología evoluciona constantemente,  surgen nuevos descubrimientos y junto con ello, el rol docente va cambiando, por lo tiene que estar constantemente actualizándose y perfeccionándose, dadas las nuevas necesidades de que van surgiendo con las nuevas técnicas, estudios y políticas en cuanto a educación. De esta forma el docente se encuentra en un estado contante de adaptación en relación a las  capacidades y requerimientos de los alumnos.
  Ser un profesor del XXI implica un desafío continuo para el profesor, ya que la información no sólo se almacena, sino que también va añadiendo más elementos a aquella que ya se posee. Para que esta nueva información sea procesada y empleada de mejor forma, es necesario de que las capacidades del profesor sean capaces de moldearse de forma efectiva al contexto educacional donde se encuentra inmerso, es por esto que el docente cuente con una serie de habilidades que le permitirán desempeñarse de manera más óptima, tales como:
Investigación:
  Ser capaces de estudiar la nueva información y contrastarla con la información que ya se maneja, para lograr un conocimiento más completo.
Pensamiento Crítico y Analítico:
 Analizar la nueva información obtenida y ser capaces de formar un juicio crítico de acuerdo a opiniones, vivencias y argumentos que ayuden a potenciar aún más la postura.
Capacidad de Emplear:
  A partir de la información recaudada y del juicio formado, aplicar lo aprendido en la vida cotidiana.
Creatividad e Innovación:
  Buscar y/o crear, las estrategias y metodologías de trabajo que permitirán emplear de la mejor forma lo aprendido,
Retroalimentación:
    Añadir aprendizajes nuevos, adquiridos desde la experiencia vivida y agregarlos al saber habitual.

 Por otra parte, el desarrollo de competencias en cuanto al área valórica y afectiva, también son importantes para un buen manejo del clima en el aula sí es, debido a que estos aspectos son cruciales  factor fundamental en el proceso de aprendizaje.  Un ambiente óptimo para el alumno puede ser creado o mejorado por el profesor, pero para ello el educador debe involucrarse íntegramente, entendiendo que es un ejemplo para los alumnos y que una de las únicas formas de poder lograr un buen ambiente es promoviendo la responsabilidad, la empatía y la confianza entre los distintos actores dentro de una comunidad educacional.


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